No me sucede a menudo. Pero cuando me ocurre, no puedo más que sentir una extraordinaria emoción. ¿Exagerado? Posiblemente. Pero feliz de todos modos. Esta pasada noche, en uno de mis viajes sin rumbo por la red topé con una persona que en veinte minutos se ganó toda mi admiración.
Jamás había oído hablar del TED (y eso me da rabia) y no sabía nada de Sir Ken Robinson (y eso, además de darme rabia, me preocupa). La casualidad me llevó hasta una charla de este señor sobre educación y creatividad.
Te recomiendo que dediques un minuto a ver su exposición. Estoy prácticamente seguro de que los 19 restantes no podrás dejar de escucharle. Sir Ken Robinson tiene la especial capacidad de mantener atenta a su audiencia. Atenta y rendida a sus argumentos.
Es capaz de transmitir su mensaje divirtiéndote, intercalando anécdotas graciosas con sentencias demoledoras. No quiero avanzarte nada más. Será mejor que juzgues por ti mismo.
miércoles
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