Un trapecista es hábil manteniendo el equilibrio y un pianista es hábil moviendo sus manos sobre el teclado. Todos tenemos habilidades, aunque no todos las desarrollamos en la misma medida. Hay quien dice que las habilidades son innatas. Naces con unas aptitudes y si las aprovechas en la dirección adecuada puedes convertirte en un virtuoso.
Esas condiciones iniciales, sin duda, son de vital importancia. Y ninguno de nosotros podemos pretender ser genios si no lo somos. Pero más importante que la habilidad es el talento, o lo que es lo mismo, la capacidad que tengamos para desarrollar nuestras habilidades.
¿El talento es innato? Yo creo que no. Imagínate que tienes una habilidad innata para la danza. Naces con un cuerpo perfecto, flexible, grácil y tienes la suerte de que a los cinco años de edad te dan la oportunidad de formar parte de la mejor academia de baile, con los mejores profesores y todas las comodidades para que puedas desarrollar al máximo tu capacidad natural. ¿Significa eso que te convertirás en un gran bailarín? Probablemente no.
Dirás, bueno, seguro que tengo muchos números de conseguirlo con todas esas condiciones. Y yo te contestaré con un ejemplo. De cada cien alumnos de esa escuela, habrá unos ochenta con habilidades parecidas a las tuyas. De esos ochenta, algunos lo dejarán porque sus familias no podrán pagar las clases o porque los niños a los cinco años de edad no tienen como prioridad la danza clásica. Quedan cincuenta. Trece se lesionarán por pura mala suerte. Siete, simplemente abandonarán. De los treinta restantes, entre los cuales aún es posible que estés tú, sólo dos obtendrán plaza para una gran compañía. Y finalmente sólo uno bailará en un gran teatro.
Uno de cada cien. ¿Significa que los demás no tenían habilidades suficientes? No. Significa que a pesar de tenerlas no tuvieron el talento, el trabajo, la perseverancia y la suerte necesarios.
Lo que quiero decir con esto es que tener las habilidades apenas significa una invitación a participar. Pero poco más. Que son cien veces más importantes el esfuerzo y las ganas. Genios aparte, este mundo está hecho para mediocres.
Los directores de banco suelen ser mediocres. Lo son muchos médicos y abogados. Son mediocres la mayoría de gerentes de multinacionales y los deportistas. Mediocres como ejecutivos y prostitutas. Como mecánicos e ingenieros. Y por supuesto, como once de cada diez creativos publicitarios.
Si caen al río dos expertos nadadores, el mejor de ellos llegará antes a la orilla. Sin duda. Pero si caen al agua dos personas que no saben nadar, no se salvará el que tenga más aptitudes, sino el que ponga más empeño por mantenerse a flote.
lunes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Bonita reflexión.
Si acaso, por tocacojonear un poco, yo matizaría que es más fácil que un director de banco o un publicitario sean mediocres, a que lo sea un gran bailarín o un deportista de élite, más que nada porque el talento de muchas personas suele ocultarse bajo un nombre "estrella" que representa a la empresa.
Pero un artista o deportista de élite que "juega" en solitario, lo tiene más complicado. Vale que muchos genios se queden en el camino, pero es casi imposible que un mediocre tenga las mieles del éxito.
Pero, bueno, la reflexión me ha gustado y ahí queda.
La verdad, es que no sé muy bien ni lo que son las habilidades, ni el talento ... y mucho menos lo que se supone éxito ...
Creo que talento y éxito son palabras (en el contexto que las escribes) unidas a una competición en la que "ganan" muy pocos pero eso, ¿qué quiere decir? ¿qué quiere decir convertirse en un gran bailarín? supongo que debe ser claro qué significa ser un genio y como eso está claro se toma como unidad de medida para cuantificar el talento y el éxito ... pero en mi mediocridad nunca he tenido claro esas palabras: genio, éxito, talento, gran ..., ... ¿qué son?
Bueno, qué me queda decir además de "muy cierto todo esto"
Martín, gracias por el nuevo verbo: tocacojonear. Me lo apunto, porque sin duda lo usaré más veces que dilapidar o contornear, por ejemplo.
Mar-ia, me encantaría tener las respuestas a tus preguntas, pero como me sucede a menudo, eso nos llevaría a nuevas preguntas. Ya sabes de qué te hablo.
Y Kaleb, ¡bienvenido a bordo!
lo primero mil gracias por la entrada, los dos sabemos porque!!uff yo podria hablar y discutir de este tema durante mucho rato pero he llegado a la conclusion que poca gente comparte mi opinion, o mejor dicho mi definicion de habilidad o talento, tras tener esta conversacion con mucha gente leo en sus caras un cocepto erroneo de lo que quiero transmitir, asi que lo dejo por imposible.
Me quedo con tu frase de: " el mundo esta hecho para mediocres" pero entonces mi pregunta es ¿ por que pagan millonadas a esas personas afortunadas que, tienen talento, son muy muy buenos en algo, tiene la satisfaccion personal que ello produce,y ademas trabajan en lo que mas les guasta, en vez de pagarnos a aquellas personas que somos, como bien dices, mediocres???
Definitivamente el mundo esta mal hecho!!no es sufieciente recompensa el saber que tienes un talento o habilidad??
Pues no lo tengo muy claro. Pero creo que lo que se paga es la diferencia. Tener talento te separa de la mediocridad y eso se valora, además de con reconocimiento, con dinero. ¿Si es justo? Quizás sí el concepto, pero sin duda, no las cifras.
A la pregunta de Macarena, y sin querer entrometerme en conversaciones privadas (pero haciéndolo), creo que la respuesta se llama mercado.
De todas formas, ¿para qué queremos ganar tanta pasta si siendo mediocres se vive más tranquilo?
Reflexión mientras como en un tupper :)
P.D.: Jauhow, si te ha gustado la palabra ya pondremos más, para darle más patadas al diccionario. Por cierto, cuando escribo un comentario hay que "verificar una palabra"... y ahora me ha salido "urigragi". ¿No es preciosa? Suena como a dialecto ruso.
Publicar un comentario