La mejor idea, mal explicada puede convertirse en lo más mediocre del mundo. En cambio, una idea mediocre puede parecer un milagro si se presenta adecuadamente. En publicidad las ideas buenas son las que ayudan a vender un producto o servicio. Y no hay nada más triste que echar a perder una gran campaña por una mala puesta en escena.
No hay una fórmula mágica que te garantice el éxito de una presentación, pero sí hay factores que pueden ayudar a vender y que debemos tener muy en cuenta.
Para empezar, es básico saber de qué se habla. Ya sé que parece obvio, pero cosas peores he visto. Si vas a vender una promoción para una marca de calzoncillos, póntelos antes de la presentación. Si vas a vender una bebida energética, pruébala antes de la presentación. Y si vas a vender supositorios para vacas, métete... métete en internet y busca toda la información posible de ese producto.
Cuando ya conoces a fondo lo que vas a explicar, llega el momento de conocer a fondo a tu audiencia. ¿Le/s conoces? ¿Puedes adaptar tu explicación a sus necesidades? También es importante saber el lugar y el tiempo de que dispones. No tiene sentido desarrollar una presentación muy extensa si sólo se dispone de cinco minutos. En caso de duda, siempre es mejor quedarse corto que hacerse pesado.
Sentadas las bases de la reunión es momento de preocuparse por los argumentos de venta. Los hay de dos tipos: los racionales y los emocionales.
- Argumentos racionales: las cosas que son "de cajón" son prácticamente una invitación al asentimiento. Es bueno ilustrar estas verdades objetivas con ejemplos y datos. Los casos prácticos son una buena manera de ganarse a los más reticentes (siempre los hay).
- Argumentos emocionales: tocar la fibra de un cliente es importante. Que se sienta cómodo en todo momento es imprescindible. Y para ello es bueno apoyarse en los sentimientos.
Para persuadir debemos olvidarnos de nosotros mismos. Todas las respuestas debemos buscarlas en la audiencia.
Conclusión. Hay muchos modelos de presentación, pero en el fondo, todo se puede resumir en un concepto: "cuenta un cuento". O lo que es lo mismo: planteamiento, nudo y desenlace. Si tienes fuegos artificiales guárdate la mejor explosión para el final, pero enciende la traca al principio.
Capta la atención, mantenla durante toda la exposición y cierra tu charla con una guinda. Si consigues esto, prueba superada. Si no, piensa que sólo has hecho una mala presentación. Y las malas presentaciones nunca son memorables. Sonríe. La próxima seguro que sale mejor.
jueves
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1 comentarios:
Que dificil tu trabajo no???en el fondo se trata de vender de una manera o de otra no?? pero que pasa si en mitad de una presentacion si le ves una cara de "tio que coño me estas contando.." que haces?? terminas y que sea lo que dios quiera o te vas corriendo atrapado en medio escenico??? no se imagino que a aguantar el chaparron, ya que es ,muy dificil acertar y desde luego yo si fuera publicista tendria algo muy claro en mi mente: para gusto los colores!!
Es en la variedad de ideas donde radica la hermosura del mundo.
PD: nunca mas vas a venir a vernos???nifnifnif!!
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