lunes

De tú o de usted.

Es el eterno dilema. No hay marca que no se haya planteado si habla a sus clientes de tú o de usted. Si estás enfrascado en una campaña, antes de sacar un titular, asegúrate de cómo debes dirigirte al target.

Aquí te dejo unos cuantos motivos para hablar de tú y otros cuantos para decantarte por el usted.

A favor de tú:
- Más cercano
- Trato familiar
- Internet es una conversación y el tú es más coloquial
- La mayoría de conceptos quedan mejor si hablan de tú
- Hablar de usted es arcaico
- En Jauhow se habla siempre de tú (por algo será)

A favor de usted:
- Es una forma respetuosa de dirigirse al cliente
- Es una muestra de aprecio
- La confianza da asco
- Lo cortés no quita lo valiente
- Da sensación de seriedad

Curiosidades:
- Padre nuestro que estás en los cielos... El dios de los católicos suele tratarse de Tú. Se le tutea, pero en mayúsculas (o sea que debe ser cercano, pero no tanto).

- En el caso de los argentinos, por ejemplo, no es Tú sino Vos. Si algún argentino nos puede iluminar, bienvenido sea. ¿Maradona debe por tanto tratarse de Vos?

- En el ejército, a los mandos se les trata de usted, excepto a los coroneles, a quienes se les trata de "Usía" y a los generales de "Vuecencia". ¡A sus órdenes!

- En Colombia, incluso los compañeros de clase se tratan entre sí de usted. En Perú es muy frecuente que los compañeros en el colegio se dirijan unos a otros usando el apellido y no el nombre.

Aquí os dejo un par de artículos interesantes que hablan del tema: uno y dos.

viernes

Ética publicitaria.

¿Ética publicitaria es una contradicción en los términos? Lo que planteo en este post no es una respuesta, sino muchas preguntas. ¿Cuál es el papel de la publicidad? ¿Qué responsabilidad tiene? ¿Hasta dónde debe ser controlada por algún organismo? ¿Ese organismo debe ser propio o debe haber una censura externa? ¿Quién puede ejercer ese papel de censor? ¿Existe la libertad de expresión en publicidad? ¿Se pueden verter titulares sobre cualquier tema? ¿Se puede usar el sexo como reclamo? ¿Indiscriminadamente? ¿La notoriedad es más importante que lo políticamente correcto? ¿El fin justifica los medios? ¿Hay que poner límites a la creatividad?

Es evidente que la publicidad tiene mala imagen (esto también parece contradictorio, pero es así). La publicidad es una molestia que corta tu película favorita, que se cuela en todos los rincones de tu vida, es intrusiva en muchas ocasiones... Podemos seguir mirando a otro lado, pero algo estamos haciendo mal. No sé si es cuestión de ética o estética. ¿A ti qué te parece?

miércoles

¿Ventanilla o pasillo?

Todos hemos visto alguna vez una película en la que estallaba la ventanilla de un avión y succionaba a un par de personas. Sin embargo, si preguntas por ahí si volarías en un avión sin ventanillas, probablemente haya mucha gente que diga que no.

Esta es la solución que encontraron unos estudiantes de la Universidad de Valencia para reducir la emisión de CO2: eliminar las ventanillas. Así conseguían un avión más aerodinámico y disminuían el consumo de energía necesaria para volar. Una idea que, si me permites, me parece extraordinaria.

Porque muchas otras propuestas se presentaron al concurso que organizó Airbus, pero ninguna me parece tan creativa como esta. Eso es creatividad, no dar nada por hecho, luchar contra los convencionalismos, pensar que un avión no necesariamente tiene que tener ventanillas...

Quizás no es una idea ganadora, pero sí es la mejor. ¡Felicidades!

lunes

Lo que aprendí de la tortuga de mi abuelo.

A priori puedes pensar que, tratándose de una tortuga, mi aprendizaje esté relacionado con la velocidad o con tomarse las cosas con calma. Pero no. Siento decirte que mi maestra tenía otra lección preparada para mí.

Y es que la tortuga de mi abuelo era realmente sabia. Cuando salía a buscarla por el jardín, siempre tardaba un par de minutos en dar con ella. Se escondía en los rincones más inesperados, buscando la sombra, el cobijo de las plantas más altas o la humedad de los surtidores de agua.

Indefectiblemente, al llegar de vacaciones a casa de mis abuelos, mi segunda ocupación (la primera siempre fue saludar a los padres de mi padre) era salir al patio a buscar a la tortuga con una hoja de lechuga en la mano.

Era muy amable y comía uno o dos trocitos tuviese hambre o no. Luego, escondía la cabeza bajo el caparazón y jugaba conmigo a sacar la cabeza y esconderla alternativamente.

Una tarde de verano, a la hora de la merienda, salí al patio con una magdalena. Empecé a comerla mientras la buscaba y cuando la encontré, como no tenía lechuga a mano, le ofrecí unas migajas.

Las comió como si lo hubiese estado esperando toda la vida. Entonces, me puse a dibujarle un caminito de migajas de magdalena y ella, una por una, avanzó paso a paso hasta devorar toda mi merienda. Fue curioso ver cómo seguía a pie juntillas el arco que describían los pedacitos de magdalena.

La tarde siguiente, hice un recorrido de eses y curvas cerradas. Y la tortuga seguía el trazado como un tren sobre raíles. Hice pruebas separando más las migajas entre sí y con todo tipo de formas. Indefectiblemente, la tortuga se las apañaba para comerse mis magdalenas.

Así merendó conmigo durante casi una semana. Hasta que mi abuelo me vio dándole magdalenas y me echó la bronca. Me dio una hoja de lechuga y me dijo que eso era lo que tenía que comer.

Quise darle un poco, pero la tortuga no quiso ni dar un bocado a la lechuga. Le dibujé una línea recta de pedacitos de frescas hojas verdes, pero no se interesó por el recorrido. Al contrario, escondió su cabeza y me ignoró.

Moraleja: si te acostumbras a lo bueno, cualquier cosa peor deja de tener interés. Si no puedes ofrecer magdalenas a tu target, estás perdido. El contenido debe tener calidad. Haz que tu trabajo sea atractivo para el público objetivo y verás que te siguen a cualquier parte. Abúrreles con la lechuga de siempre y a la que descubran las magdalenas, verás como te ignoran.

jueves

Diccionario creativo de la publicidad (versión de bolsillo).

2.0: victoria razonablemente cómoda.

Agencia de publicidad: tienda de campaña.

Ahora: completamente fuera de timing. (Ver timing).

ASAP: vas tarde.

Audiencia: los que se van al lavabo cuando empieza la publicidad.

Briefing: dícese de aquel documento que no se puede redactar con claridad.

Creativo: pirado, incomprendido.

Cuentas: enemigo en tus propias filas.

Descuento: mal menor en tiempos de crisis.

E-mail: culpable de que no hayan llegado los trabajos a tiempo.

Freehand: muerto viviente.

FTP: lugar del que te puedes bajar cosas que siempre da problemas.

GRP: eso que cuentan los de medios cuando no cuentan dinero.

Hacker: enemigo virtual que te permite aumentar el fee de mantenimiento web un 10%.

Idea: ni idea.

Illustrator: programa que mola un montón cuando sabes cómo va.

Jauhow: yo.

K-lite: de mucha calidad.

Loginar: hacer pasar por el aro.

Mac: todo lo bueno.

Marrón: hora de irse cuando no te puedes ir.

Notoriedad: objetivo por defecto. (Ver objetivo).

Objetivo: vender más.

PC: ser inferior.

Quemado: trabajador con contrato de prácticas.

Retrotiming: hacer que un camello pase por el ojo de una aguja de un reloj de bolsillo con cadena de plata.(Ver timing).

Simple: que lo entienden perfectamente un niño de tres años y tu jefe.

Timing: hacer que un camello pase por el ojo de una aguja del reloj. (Ver retrotiming).

UVI: recurso del que se abusa porque el cliente tiene que demostrar que es un experto.

Vender humo: tratar de tomar el pelo al cliente con palabras muy técnicas y en inglés para facturarle más por el trabajo

Vender la moto: último recurso si no se ha podido vender humo.

Wii: regalo promocional de consolación.

X: firma tu contrato aquí.

X, X: aquí, aquí (esta copia es para ti).

XXX: perdona, esta revista se me ha traspapelado...

Y X: y aquí.

Zoo: sala de reuniones.

miércoles

Lo que aprendí del perro de mi vecino.

Vamos a ser más precisos: no estoy diciendo que mi vecino sea un perro, sino que mi vecino tenía un perro que me sirvió de maestro.

En los días de verano, Barcelona se convierte en un pequeño horno que tiene encendido a la vez el grill y la resistencia inferior. El sol rebota todo el día sobre el asfalto y a media tarde ya no sabes si el calor viene de arriba o si nace debajo de la planta de tus pies.

Un martes cualquiera, a la vuelta del trabajo y buscando un poco de aire, salí a la terraza. No había dado ni dos pasos cuando el perro de mi vecino empezó a ladrar. Me escondí hasta que se calmó y volví a salir. Ladridos otra vez. Repetí la operación un par de veces más y a la última ya no prestó atención. No dijo ni guau.

El jueves el bochorno fue insoportable y regresé a la terraza. Sólo abrir la puerta oí los ladridos de nuevo. Sucedió exactamente lo mismo que el martes. En cuanto dejaba de sorprenderle mi presencia, paraba de ladrar.

Me pasé todo el viernes pensando... ¿Qué me está queriendo decir ese perro? Estaba claro. Un impacto deja de serlo cuando el público objetivo se acostumbra. La sorpresa es una gran aliada para captar la atención.

Lo mismo vale para el día a día. Podemos hacer campañas estándar y cubrir el expediente o tratar de dar la campanada en cada oportunidad que se nos presente. Nadie dice que sea fácil, pero el perro de mi vecino y el consumidor nos lo agradecerán.

martes

Lo que aprendí de mi conejo enano.

Pues sí, también tuve un conejo enano durante un tiempo. Cuando llegó a mi casa me dijeron que esa bolita suave de color blanco era un conejo enano y me lo creí. Dos meses después me estaba preguntando cómo era posible que un conejo enano hubiese alcanzado el tamaño de un cordero. Me habían dado gato por liebre, o sea, macroconejo por conejo enano...

Detalles al margen, lo que me enseñó mi conejo enano es que la dimensión de una idea no viene determinada por su nombre, sino por su desarrollo. Un concepto sencillo puede convertirse en un monstruo si sabemos evolucionarlo. Sólo hay que darle las vías de expansión necesarias.

Pero esta reflexión no es lo único que me aportó mi convivencia con tan curioso animal. Otra de las cosas que me llamó la atención fue su capacidad nula de aprender lo que le enseñaba. Salía corriendo por el pasillo de casa y al tomar la curva llegando al comedor se estampaba una y otra vez contra la pared. Jamás hizo bien ese recodo. Le expliqué que tanta velocidad no le convenía, pero no me prestó la más mínima atención.

También quise enseñarle a levantarse sobre sus patas traseras. Lo hacía perfectamente... cuando le daba la gana, nunca a mis órdenes. Incluso intenté que dejara de comerse todos los cables de la casa. Ni caso.

Mi primera conclusión, precipitada, fue pensar que su cerebro no daba para más. Luego, viendo cómo era capaz de elegir entre cuatro zanahorias siempre la mayor llegué a la verdad: sencillamente no estaba interesado en hacer lo que yo quisiera.

Así me di cuenta de que en cualquier comunicación no podemos pretender que nuestro target se comporte exactamente como nosotros queramos. Más bien es lo contrario. Debemos adaptarnos nosotros a sus preferencias (darle siempre la zanahoria más grande) y tratar de ofrecerle algo realmente interesante.

lunes

Lo que aprendí de mi hámster.

Hoy es lunes. Los lunes empieza la maratón semanal. La campaña de la marca de piscinas, la presentación del nuevo merchandising, una propuesta para el nuevo pack de galletas... Los briefings, las reuniones y las horas delante del mac se amontonan como la muchedumbre en el primer día de rebajas en El Corte Inglés. Todo es para ya y no hay tiempo para levantar el pie del acelerador.

Pero hay que hacerlo. Sí o sí. O acabaremos como mi hámster. Es aconsejable fijarse en los pequeños detalles. La prisa siempre estará ahí, dándote prisa. Así que no te preocupes demasiado por ella. Cumplir con los plazos de entrega es importante, pero es más importante que el producto sea bueno. Si no lo es, caemos en el pan para hoy, hambre para mañana.

Hace muchos unos años me regalaron un hámster. Feo como él solo, pobrecito. Pero terminé cogiéndole cariño. Me llamaba la atención cómo comía pipas. Las engullía todas de golpe, hinchando sus mejillas. No importaba cuántas le ponías, no tenía freno. Murió de gordo. Comió más de lo que su estómago estaba preparado para procesar y simplemente explotó por dentro.

Ese hámster me enseñó dos cosas: que las pipas pueden matar y que a veces es muy complicado detener la inercia. Nos dejamos llevar y enlazamos una campaña tras otra, un día tras otro hasta el infinito y más allá.

A veces hay que saber que comer diez pipas, ni una más. Si no, corremos el riesgo de acabar como mi pequeño roedor, en paz descanse.

Mirando a los mamíferos más pequeños del mundo.

Aunque no te lo parezca todavía, esta entrada va sobre la inspiración y creatividad. Una de las cosas más apasionantes de la profesión de creativo es el instante en que los mamíferos más pequeños del mundo se convierten en deidades del Parnaso. O lo que es lo mismo, cuando las musarañas se convierten en musas y se hace la luz.

La idea, esa gran escapista, transformista y resbaladiza, se posa al fin en la punta de tu bolígrafo y se deja escribir. No hay nada parecido a esa sensación. Es una mezcla de batalla ganada, orgasmo y quitarse un peso de encima. Y sin embargo no tiene nada de bélico o sexual, ni está relacionado con la halterofilia.

Kenichi Ohmae dijo que la creatividad no se puede enseñar, pero se puede aprender. Cuando oí por primera vez esta frase de boca de José María Ricarte pensé que no era más que un juego de palabras. Con el tiempo, he entendido que era mucho más que una feliz ordenación de palabras.

Es difícil explicarlo. Después de darle muchas vueltas, sólo se me ocurre una cosa. Antes del gran momento, siempre hay musarañas. Pequeños animalitos de nariz puntiaguda y no más de diez centímetros que se esconden en alguna parte.

Encontrarlas no es sencillo pero con tu propia experiencia aprendes a descartar escondrijos. Sabes que no les gusta el agua, que les van los rincones, que no les importa la oscuridad... Encontrar a unas cuantas musarañas es siempre el primer paso.

Por alguna extraña razón, las musarañas son las únicas que conocen el paradero de las musas. Quizás sea porque para encontrar lo más divino se necesita rebuscar en lo más terrenal.

Voy a seguir mirando a las musarañas un rato más, a ver qué se me ocurre...

viernes

El misterio de los virales.

¿En qué radica el éxito de un viral? ¿Existen fórmulas secretas? Ante tanta ignorancia, me quedo con la camiseta de Dave McClure: "viral marketing doesn't work, tell everyone you know".

El marketing viral está de moda. Y ya no es una moda pasajera. Esta es una moda que llegó para quedarse. La idea básica consiste en incentivar a los internautas a transmitir mensajes publicitarios de manera que su crecimiento en la red sea exponencial.

La buena noticia es que vale prácticamente todo. La mala es que triunfar es realmente complicado. ¿Qué hay que hacer para conseguirlo? Yo evidentemente no tengo ni idea y no sé qué me falla... ¿Alguna idea?

jueves

El viral más tonto del mundo: "Yo también".

Es así de tonto. Agrega tu nombre o nick en los comentarios de este post y participa en la propagación del viral más tonto del mundo. Vamos a comprobar hasta dónde puede llegar la estupidez.

martes

Project Natal ¿Quién tiene el mando?

Uno de los inventos más impresionantes desde la rueda y el cortar/pegar es el mando a distancia. El día en que no fue necesario levantarse para cambiar de canal la sociedad de consumo dio un gran paso adelante. Los sofás se afianzaron como mueble indispensable y apareció otra forma de ver televisión: el zapping.

Al mando de la tele, pronto se le sumó el del vídeo, el de la cadena de música, el dvd, la TDT, la Playstation 1, 2 y 3, la Wii... Mandos con cable, mandos inhalámbricos... Mandos por todas partes...

Pero la proliferación del mando tiene los días contados. Y no es que alguien haya inventado un mando universal nuevo. Es que alguien ha decidido que el mando somos nosotros.

La ciencia ficción ya no lo es y se llama Project Natal. A través de una cámara 3D que capta nuestros movimientos y un millón de cosas que se me escapan, resulta que tú eres el mando. Te mueves y el juego reproduce lo que haces. Además reconoce tu cara, tu voz, y por lo que dicen es muy preciso.

Esto va a ser difícil de superar...

lunes

Zapping de mayo de dos mil nueve.

uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve diez once doce trece catorce quince dieciséis diecisiete dieciocho diecinueve veinte veintiuno veintidós veintitrés veinticuatro veinticinco veintiséis veintisiete veintiocho veintinueve treinta treintaiuno