viernes

El timo de la bicicleta Ibertours (segunda parte).

Es curioso (y triste) que un blog humilde (por lo poco frecuentado) como jauhow esté ganando page rank a base de recibir visitas interesándose por un post publicado hace pocos días sobre Ibertours y el timo de la bicicleta.

Visto el interés suscitado, me he planteado enviar a la empresa un e-mail pidiendo una explicación a su "acción agresiva de marketing directo", por decirlo de alguna manera. Y al mismo tiempo, me planteo ponerme en contacto con la OCU, para ver si entre unos y otros podemos defender mejor nuestros intereses.

Así que, si has recibido el famoso papelito en el que se te comunica que has ganado una bicicleta y quieres que se conozca tu queja, sólo tienes que dejar un comentario al pie de este post. Te agradecería también que corrieses la voz, más que nada para ver la magnitud de la "tragedia".

Muchas gracias.
(Continuará)

jueves

Impossible is nothing.

Alguna vez había tenido conversaciones al respecto. ¿La publicidad debe defender el lenguaje o puede usarlo como le venga en gana? ¿Hay que escribirlo todo correctamente o tenemos licencia para todo? ¿Es necesario utilizar un extranjerismo detrás de otro para parecer más "cool"? ;). Parece que no era un debate de pocos.

miércoles

Lo último en publicidad.

Pasa muy a menudo. Están los que usan el photoshop para hacer lo que quieren y los que hacen lo que quiere el photoshop. Y ahora, están los que usan el 2.0 para llegar a su público objetivo y los que se meten en el 2.0 como quien entra en una clase de coreano avanzado sin saber qué significa 여보세요. No es suficiente con haber oído campanas. El 2.0, como pasa con todas las cosas de la vida, no es la panacea.

No tiene sentido hacer campañas 2.0. Ni 3.0, ni 1.0. Las campañas deben basarse en ideas, conceptos, objetivos... El 2.0 es un medio para alcanzar ese objetivo, para transmitir el concepto o comunicar mejor esa idea. Un medio. Repito, un medio.

A nadie se le ocurriría contratar TV sin saber qué se quiere comunicar con el spot. Sin embargo, cada vez es más habitual el cliente que llega a la agencia pidiendo una campaña 2.0, con algo para las redes sociales, un widget y un par de virales cañeros. Y quizás su target ni siquiera se conecta a internet porque sólo tiene entre 3 y 5 años.

No es nada nuevo eso de hablar de lo que no se conoce. Pero ahora parece que puede convertirse en una tónica habitual. Supongo que dentro de no demasiado tiempo los mismos clientes nos exigirán resultados. Y les tendremos que ofrecer resultados 2.0: comunidades sin usuarios, virales que no ha visto nadie, widgets que no se usan...

Pongamos el caballo delante del carro antes de que sea demasiado tarde. Volvamos a los objetivos antes de plantear los medios. Pensemos un poco, aún estamos a tiempo.

martes

La zanahoria de Martín.

Vaya por delante que no nos conocemos. Quizás precisamente por eso tenga sentido recomendarte la zanahoria de Martín. Vaya por detrás que no soy gay.

Hace un tiempo que apareció en jauhow un textívoro del norte, un extraño ser (extraño por lo no habitual, no por lo raro, aunque también) que se dedicaba a comentar día sí, día sí, día sí, día no (pero se le perdona) y día sí, las entradas que iba incorporando a mi blog. Uno, que procura ser agradecido, paseó también con asiduidad por sus aportaciones a la red y sigo haciéndolo con mucho interés.

En textívoros antes y ahora en persuasiones, puedes encontrar pequeñas píldoras de fácil lectura, ideales para tomar aire fresco entre campaña y campaña, entre briefing y café o entre stress y papel en blanco. Mini bocados de realidad aliñados con toques de creatividad. Cocina de autor, vaya.

Tómate esta recomendación como quieras. Te aseguro que es totalmente desinteresada (si no este post se titularía "El jamón de Martín", y no es el caso). Ya sabes, si te apetece, pásate por ahí. Voy a currar un poco.

El timo de la bicicleta Ibertours.

Estoy de enhorabuena. Por fin, después de leer miles de timos típicos me han intentado timar a mí. Estoy emocionado (supongo que porque no lo han conseguido, pero emocionado igualmente).

Hace un ratito me ha llamado mi madre al trabajo. ¿Habrá pasado algo? Porque para que me llame al trabajo...

- Jauhow, has recibido un albarán para recoger una bicicleta.

Y yo, pensando... ¿Una bicicleta?

- Sí, sí, ¡una bicicleta!

Y mi buena mamá me lee: "espera recogida el articulo de regalo promocional remitido a su nombre SIN CARGO ALGUNO para usted gentileza de Ibertours. Avisamos para su recogida antes de 48 horas llamando urgentemente al teléfono indicado".

¡Ahí está el truco! Llamas a un 902 y te tienen (supongo) un buen rato esperando. Total, que sólo con lo que pagas de llamada ellos ya deben cubrir los gastos de envío del falso albarán certificado. Y si aguantas hasta el final, supongo que para recoger tu super mountain bike te meten en una reunión comercial para venderte una enciclopedia, un viaje, una muñeca hinchable...

Bien mirado, nada excesivamente nuevo. Sólo que el vendedor de enciclopedias, en vez de llamar a tu puerta se ha convertido en un 902 al que tienes que llamar tú. Y después nos preguntamos por qué tiene mala fama el marketing directo. Quizás sería mejor pensar que el timo nunca ha perdido cuota de mercado, sin importar demasiado si se viste de estampita o de bicicleta.

lunes

Lee esta entrada sin mirar.

Hoy leí la noticia y me acordé de Magic Johnson (qué pases mirando a otro lado... un saludo, señor Magic). Resulta que una chica es capaz de pasar una pantalla de Supermario sin mirar. Y yo me pregunto: para hacer eso, ¿cuántas veces habrá tenido que mirar atentamente esa pantalla? Y me sigo preguntando, ¿eso cuántas horas serán? Entonces divido esas horas (las que sean) entre 24 y me imagino un montón de días delante de una pantalla. Procrastinando.

Me siento más tranquilo. Ya no me preocupa invertir un minuto al día mirando por la ventana. Qué más da si decido pasar una tarde entera acariciando a mis caballos virtuales. Es más, me propongo destinar una noche a contemplar las estrellas, aunque no haya lluvia de estrellas.

Incluso me estoy planteando seriamente la opción de montar un club de perdedores de tiempo. A falta de un estudio más elaborado, resumo su filosofía en este manifiesto:

- Ganar tiempo es imposible. Es hora de aprender a perder.
- Hagas lo que hagas, el tiempo seguirá pasando.
- Si te sientes mal por estar perdiendo el tiempo es que no estás perdiendo el tiempo, te estás preocupando por la posibilidad de perder el tiempo.
- No hay un lugar para perder el tiempo. El tiempo se puede perder en todas partes.
- El tiempo es oro. Perder el tiempo a posta es una gran muestra de generosidad.

Muchas gracias por perder el tiempo conmigo.

domingo

Zapping de febrero de dos mil nueve.

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