viernes

Reducción al absurdo.

Soy consciente de que algunos de los que leáis este post no estaréis de acuerdo con lo que digo. Al menos eso espero. Antes de empezar a escribir me he planteado si debería ser políticamente correcto y presentar las dos caras de la moneda. Pero he decidido presentar sólo una, dejando el derecho a réplica a todos los que piensen en sentido contrario.

Ahí va: la publicidad nos afecta a todos. Si quieres a unos más que a otros, pero a todos. Para defender esta tesis me remontaré un poco lejos. Hasta 1885. Ese año John Wanamaker pronunció una frase que ha pasado a la historia de la publicidad: "se que la mitad de la publicidad se despilfarra, pero no sé qué mitad".

Esta afirmación ponía de manifiesto que el 50% de la inversión en comunicación no servía para nada. Porque no llegaba al público objetivo, porque no transmitía el mensaje correcto o por cualquier otro motivo. Algunos incluso podrían argüir que el motivo de que no sirviese para nada es que topase con personas que no se dejan influir por la publicidad.

Sea como fuere, esta afirmación, a día de hoy no tiene sentido. Ha llovido mucho desde 1885. Ahora cualquier campaña se mide, con lo que podemos calcular el impacto que ha tenido sobre los consumidores. En TV y en radio se mide el share, en internet los clics, en los mailings el coeficiente de respuesta...

Hasta ahora no debo haber convencido a ningún reacio todavía. Puedes seguir en tus trece y pensar que no te afecta la publicidad. Yo sólo te voy a dar algunos casos prácticos.

1. Nike y Adidas son dos marcas que tienen una dura competencia en las secciones de deportes de los grandes almacenes. Si Nike retira sus displays expositores durante un mes y Adidas mantiene los suyos, las ventas de Nike descienden un 18% y las de Adidas aumentan un 13%.

2. Vueling vende un 85% de sus vuelos por internet y vende más del 70% de sus billetes a través de su página vueling.com. Si no es a través de la publicidad, ¿cómo es posible que un solo sitio web se haya convertido en una central de ventas tan importante? ¿O crees que la gente llega a esa web navegando? (no tengo los datos, pero te aseguro que buena parte de sus entradas son directas, es decir, sin acceder a través de buscador o de links en otras webs).

3. Lois redujo su inversión en publicidad en medios convencionales hace varios años. Hace muy poco salió la noticia de que la empresa española cerraba sus puertas.

Hasta aquí espero haberte convencido al menos de que a la gran mayoría de la población le afecta la publicidad. Ahora voy a tu caso particular.

La próxima vez que vayas al supermercado piensa cuántas marcas te llevas a casa. ¿Has comprado una marca de cerveza específica? ¿Es más cara que alguna otra? ¿Te gusta más por su sabor? ¿Has probado todas las marcas de cerveza para saber que la que has elegido te gusta más? ¿Te has preguntado por qué en ese supermercado no están todas las cervezas? ¿Quién decide qué cerveza te vas a tomar, tú o el distribuidor que trabaja con tu supermercado? ¿Si no encuentras tu cerveza favorita te vas a otro sitio a comprarla?

Los abstemios pueden hacer el mismo ejercicio con gel de baño (espero que todos os duchéis), con agua embotellada, con pasta de dientes... Por cierto, por si os quedaba alguna duda, las marcas blancas también son marcas comerciales, en este caso posicionadas como productos que frecuentemente se venden a precios más competitivos.

Plantéate el tema con la ropa que llevas, el reloj, el coche que conduces o el que te gustaría conducir... Decir que no te afecta la publicidad es como decir que no te afecta el frío o el calor.

Suficiente de momento. Espero tu réplica.

jueves

Tú sabes a sal. ¿Y yo?

Lo que está bien dicho no tiene nada que ver con lo que la gente dice. Entre la RAE y una tertulia de amigos hay un abismo. Y en algún lugar entre estos dos polos, está la comunicación publicitaria.

El dilema es lo lejos o lo cerca que debe situarse el lenguaje publicitario de estas dos realidades, a menudo opuestas. ¿Vamos de colegas o somos puristas?

Tú sabes a sal. ¿Y yo? ¿"Sepo" a sal? ¿"Sabo" a sal? Según la RAE, "yo sé a sal". Me pregunto cuántos de los "inquilinos habituales" del bar de la esquina habrían acertado la respuesta. Y aún más, ¿algún miembro de la Real Academia Española podría haber metido la pata y no saber a cómo sabe?

Perdona por el juego de palabras. Este ejemplo sólo es una manera de explicar que cuando vas a escribir un anuncio tienes que tomar una decisión y posicionarte. ¿Hay que escribir lo correcto o puedes tomarte licencias para acercarte al lenguaje del público objetivo? ¿La publicidad tiene implícita una labor didácica o debe centrarse únicamente en sus objetivos de venta? ¿Es admisible una falta de ortografía en un anuncio?

Hoy creo que "sepo" a sal. ¿Y tú?

martes

Un mundo perfecto.

Imagina que tienes ante ti la posibilidad de eliminar del mundo la publicidad, que pulsando un botón puedes borrar de la mente de los seres humanos el recuerdo de todas las marcas comerciales.

Imagina que dices Cocacola y nadie sabe de qué estás hablando. Imagina que nadie comenta el anuncio de Ausonia del niño que no quiere reír porque lleva aparatos y va a una fieshhhta. Imagina que no existe la República Independiente de tu Casa. Imagina que los niños de 4 a 16 años no conocen a los Jonas Brothers y no piden a gritos ir al cine a ver High School Musical. Imagina que el pueblo donde nunca pasa nada sigue siendo anónimo. Imagina que nadie se pregunta a qué huelen las nubes y nadie sabe qué es el zoom zoom. Imagina que nadie te ha dicho nunca "be water my friend".

Respira hondo. Tienes el botón justo delante. Púlsalo suavemente y la publicidad desaparecerá para siempre. Piénsalo. ¿Pulsas o no pulsas? (No contestes aún, dame tu respuesta después de la publicidad).

lunes

Liberté, égalité, publicité.

Sarkozy ya tiene el permiso de sus ministros para erradicar la publicidad de la televisión pública francesa. El 2011, coincidiendo con la desaparición de la televisión analógica, dejarán de emitirse spots en los canales públicos galos.

El motivo que dio Sarkozy en su momento fue desligar la programación de intereses comerciales. Viva la cultura, la historia y el conocimiento puro. Algo que suena, a mi modo de ver, un poco a la típica frase "yo siempre veo los documentales de la 2". Que si preguntas, los mira todo el mundo, pero si compruebas los datos de audiencias no los ve ni dios. Y eso es lo que creo que puede ocurrir con la televisión pública francesa, que no la verá nadie.

Permíteme que sea malpensado, pero la ausencia de publicidad hará que estos canales públicos dejen de ser competitivos y se favorecerá y mucho la preponderancia de los grupos privados de comunicación (en este caso TF1 y M6). Y curiosamente TF1 está dirigida por Martin Bouygues, un buen amigo de Sarkozy. Vaya, que la próxima vez que queden para cenar ya me imagino quién pagará la cuenta.

No sé cómo lo ves. ¿Soy demasiado desconfiado?

domingo

Los lectores nostálgicos y la tinta electrónica.

Supongo que ya habrás oído algún comentario sobre la desaparición de los libros de papel. Muchos aún tratamos el tema como algo remoto y buscamos amparo en argumentos poco tangibles del tipo: ¿cómo vamos a cambiar el placer de pasar las páginas de un libro a la sombra de un árbol por la frialdad de un aparato que parece una palm?

Los nostálgicos de la lectura nos resistimos a la idea de que en un tiempo no tan lejano, nuestra biblioteca esté comprimida en un libro de tinta electrónica que cabrá en el bolsillo de una camisa. Pero las evidencias son las que son y antes de lo que pensamos se nos acabarán las excusas.

A día de hoy ya hay varios dispositivos de tinta electrónica en el mercado: iLiad e-reader, Sony Reader, STAReBOOK, Readius y FLEPia ya están en venta. Se trata de aparatos muy manejables que nos permiten leer todo tipo de datos sin cansarnos la vista (esta excusa parecía buena, lástima) y ahorrando la tala masiva de árboles que implica mantener viva la industria papelera (encima es ecológico).

Si me apuras, queda por superar un pequeño handicap: el precio. Pero ya se sabe que una vez las marcas decidan que ha llegado la hora de ampliar mercado, el precio bajará en picado.

Así que será mejor que nos vayamos haciendo la idea de que muy pronto los libros dejarán de tener tapas duras o blandas. Porque todos tendrán pantalla, o papel electrónico.

Puedes resistirte, claro. Yo también dije un día que nunca iba a tener móvil...

martes

La virginidad de los blogueros.

Quién publica qué, en qué medio, por qué motivo, con qué intención, a cambio de qué...

No hace tanto, en internet, existían unos seres "incorruptibles" llamados blogueros, capaces de generar noticias y de dar repercusión a cualquier tema. Lamentablemente, su virginidad está en entredicho y cada vez son menos (yo no me cuento, porque este blog no tiene un volumen de visitas suficiente como para que ningún grupo de poder me tenga en consideración).

¿Por qué se están extinguiendo los blogueros independientes?

La publicidad está empezando a entender la web 2.0. Los blogueros se habían convertido en líderes de opinión con un plus muy difícil de encontrar ya en los medios tradicionales: la independencia. Que se lo digan a Tele5 y la Sexta, que se ponen a parir porque forman parte de grupos de comunicación distintos.

Los brazos del poder son largos y actúan rápido. Para quitar veracidad a un bloguero que da opiniones que no interesan, sólo hay que encontrar otros blogueros que generen información contradictoria, generar el ruido suficiente como para apagar las voces críticas.

A día de hoy, se plantea frecuentemente en los planes de medios una partida destinada a RRPP en internet, o lo que es lo mismo, un dinero para enviar información "interesantísima" debidamente estructurada para facilitar el trabajo del bloguero.

"Bloguero, no te lo curres. Yo te lo doy todo, sólo tienes que subirlo a la red y moverlo".

Y yo me pregunto... ¿El bloguero en cuestión, lo publica porque es interesantísimo o porque es más fácil que pasarse el día navegando en busca de algo que realmente valga la pena explicar? O lo que es peor, ¿le pagan por publicar? Porque si es así, adiós a la independencia. Ahí está el quid de la cuestión. Si es a cambio de nada, perfecto. Pero si se puede comprar esa independencia, estamos listos. ¿O no? No sé, yo soy publicista. ¿Tú qué opinas?