lunes

Inspírate en el metro.

De regreso de uno de mis viajes, sentado en el metro me topé con una campaña de TMB que invitaba a participar en un concurso literario con el slogan: inspírate en el metro.

No es la primera vez que en Barcelona se relaciona la literatura con el transporte. No hace demasiado se colocaban poemas en los cristales de metros y autobuses. Y la verdad es que me alegra vivir en una ciudad que se permita estos lujos.

No sé a quién se le ocurrió, pero le felicito. Muchas veces hemos oído que hay que defender la cultura literaria, pero los argumentos se han perdido detrás del pomposo mobiliario de una RAE que sigue anclada en su tradicional conservadurismo.

Yo soy de los que piensan que la cultura no debe defenderse, sino liberarse. No estoy en contra de los libros de tapas duras, ni de las lecturas del Quijote. Ni siquiera en contra de que la media de edad de la Real Academia supere la edad de Matusalén. Pero sí de pensar que la literatura pertenezca a unos cuantos privilegiados eruditos.

Este Sant Jordi, día del libro (y de la rosa en Catalunya) se ha repetido una vez más el debate entre escritores y mediáticos. Los escritores están en contra de que el Buenafuente de turno saque un libro, lo promocione en televisión y que, como consecuencia, venda más que el suyo. Su tesis se basa en que la calidad de estos libros mediáticos está a años luz de lo que entienden por literatura. Probablemente no les falta razón.

Yo sólo digo que es mejor que se lea a Buenafuente que que no se lea. Y que no es el mismo tipo de consumidor quien compra uno u otro libro. O al menos, no se usan para el mismo tipo de consumo.

Es curioso que haya que diferenciar entre qué es un escritor y qué no. ¿Un escritor es alguien que se dedica a escribir? ¿En exclusiva? ¿Hay que ganarse la vida escribiendo para ser escritor? ¿Un escritor debe evitar salir en la tele promocionando su libro porque corre el riesgo de convertirse en mediático?

Sé que el dilema no se va a resolver fácilmente. Y ante situaciones complicadas, quien mejor que Maquiavelo. Él ya avisaba en "El Príncipe" que es preciso tener una inteligencia capaz de adaptarse a todas las circunstancias. A mi parecer, los llamados mediáticos lo están haciendo, los "escritores" no.

Sólo una cosa más, a modo de curiosidad. ¿Por qué no he oído nunca un debate sobre si se es lector o no? Si se es discriminatorio con el escritor, ¿por qué no se habla de los lectores? ¿Todos podemos serlo o debemos tener unas características concretas? ¿Necesitamos una preparación específica más allá de saber leer? ¿Hay que leer más de un libro al mes para ser considerado lector? ¿Vale con uno cada trimestre? ¿Uno al año? Lo triste es que no creo que ni a mediáticos ni a escritores les importe demasiado.

3 comentarios:

Mar-ia dijo...

Me encanta tu entrada. Sabes tú que esto me da a mi para mil ramas en cada mil árboles cómo mínimo.

Yo diría que un escritor es el que escribe y un lector el que lee.
Y uno no es sólo eso, uno es una u otra cosa cuando la está haciendo. Si uno lee mucho (defínase mucho) pues será muy lector (lea lo que lea) si uno escribe mucho (defínase mucho) pues será muy escritor ...

La cuestión de fondo creo que está en qué espera la sociedad (sea lo que sea eso) del acto en sí de la escritura-lectura.
Parece que el que lee adquiere cultura y el que la escribe la da. Y cultura se piensa como algo positivo y no todo es cultura y entonces una persona puede escribir en el Hola una historia de amor todos los días y no es escritor y una persona puede leer todos los días el Hola y muchas otras revistas y tampoco va a ser lector.


Y tampoco vale mucho el argumento de "coger cultura" porque ¿será considerado lector el que sólo lee periódicos? (puede pasarse el día leyendo si lee varios y no tiene tiempo material para leer otras letras, poruq no de profesión no nos dejan ser lectores, ¿verdad?).

Mar-ia dijo...

(Como me da para mucho por eso lo pongo en otro comentario).

Como decía (porque no sé si ha quedado claro antes) creo que el acto en sí de la lectura-escritura está "mitificado" por la cultura, es decir, se piensa que una persona es más culta si lee. Qué es culto o qué no es la eterna discusión.

No sé si estoy de acuerdo contigo en esto: Yo sólo digo que es mejor que se lea a Buenafuente que que no se lea. .
No por ser Buenafuente, porque ... me pregunto ¿leer según que cosas puede tener efectos secundarios?

jauhow dijo...

Muchas gracias por el comentario, Mar-ia. Me alegro haberte dado un jardín de árboles ramificados hasta el infinito y más allá. Y sobre todo, me alegro de que no estés segura de si leer a Buenafuente es peor que no leer. Yo creo que la lectura siempre tiene efectos secundarios. A mí me pasa, al menos. Me hace sentir. Bienestar, tristeza, asco, alegría... Un poco de todo.
De hecho, si no hubiese efectos secundarios no le vería la gracia.
Creo que sólo hay algo comparable al poder de la palabra: el silencio. Y en ese sentido sí tienes razón: escribir por escribir (en plan Buenafuente, por decir algo) puede ser parecido a hablar por hablar y como decía alguien de pocas palabras: antes de hablar asegúrate de que lo que vas a contar es más importante que el silencio.