martes

Lo que aprendí de mi conejo enano.

Pues sí, también tuve un conejo enano durante un tiempo. Cuando llegó a mi casa me dijeron que esa bolita suave de color blanco era un conejo enano y me lo creí. Dos meses después me estaba preguntando cómo era posible que un conejo enano hubiese alcanzado el tamaño de un cordero. Me habían dado gato por liebre, o sea, macroconejo por conejo enano...

Detalles al margen, lo que me enseñó mi conejo enano es que la dimensión de una idea no viene determinada por su nombre, sino por su desarrollo. Un concepto sencillo puede convertirse en un monstruo si sabemos evolucionarlo. Sólo hay que darle las vías de expansión necesarias.

Pero esta reflexión no es lo único que me aportó mi convivencia con tan curioso animal. Otra de las cosas que me llamó la atención fue su capacidad nula de aprender lo que le enseñaba. Salía corriendo por el pasillo de casa y al tomar la curva llegando al comedor se estampaba una y otra vez contra la pared. Jamás hizo bien ese recodo. Le expliqué que tanta velocidad no le convenía, pero no me prestó la más mínima atención.

También quise enseñarle a levantarse sobre sus patas traseras. Lo hacía perfectamente... cuando le daba la gana, nunca a mis órdenes. Incluso intenté que dejara de comerse todos los cables de la casa. Ni caso.

Mi primera conclusión, precipitada, fue pensar que su cerebro no daba para más. Luego, viendo cómo era capaz de elegir entre cuatro zanahorias siempre la mayor llegué a la verdad: sencillamente no estaba interesado en hacer lo que yo quisiera.

Así me di cuenta de que en cualquier comunicación no podemos pretender que nuestro target se comporte exactamente como nosotros queramos. Más bien es lo contrario. Debemos adaptarnos nosotros a sus preferencias (darle siempre la zanahoria más grande) y tratar de ofrecerle algo realmente interesante.

6 comentarios:

Pily dijo...

Ostras, tendré que pensar que aprendí yo de mis Iguanas... qué el calor es bueno y nunca suficiente??

P.D. Veo que lo de ensañar a animales no es lo tuyo. Muy bien que te dediques a la publicidad y no a la doma de animales domésticos.

jauhow dijo...

Soy muy consciente de mis limitaciones... :)

Mar-ia dijo...

Me gustan estos episodios de Jauhow en su zoo (doméstico): publicidad animalaria ...

jauhow dijo...

¡Bienvenida al zoo, Mar-ia!

Martín dijo...

Muy bueno. Esto tiene pinta de derivar en un buen manual.

¡Todos queremos más!

jauhow dijo...

El perro de mi vecino. ¡Va por ustedes!