martes

Los juegos sociales y las responsabilidades.

De la fidelización a la adicción hay un solo paso. Es frecuente en comunicación que se busque interactuar con el público objetivo para que una visita esporádica se convierta en un hábito.

Las cosas se miden muy a menudo por el interés que suscitan. Lo que es más visitado es lo que vale más dinero. El tráfico en la web es la gallina de los huevos de oro. Supongo que por eso (y por unos mil millones de motivos más que se me escapan) se tiende a que los esfuerzos de comunicación repercutan en repetición de visitas.

Con esta idea entre ceja y ceja, de un tiempo a esta parte han proliferado los llamados juegos sociales (social games). Y ha sido tanto su éxito que lo que empezó siendo un juego se ha convertido en una competición donde no jugar cada día, penaliza al jugador. Consecuentemente, el juego se ha convertido en una responsabilidad.

Quedan lejos los niños que salían a jugar al parque porque sí, ahora esos mismos niños juegan porque si no... El juego ya no es sólo pura diversión. Es una diversión y una responsabilidad.

O eso me parece a mí. Me voy a cuidar de unos caballos y a hacer un par de alineaciones. ¿Tú cómo lo ves?

2 comentarios:

Mar-ia dijo...

Veo ... que abandonar Jauhow por unos caballos cibernéticos y un equipo ficticio ... es una pena que lloro en mi mundo virtual ... porque yo tenía un patio (virtual) en este lugar ... y cuando día tras día no hay ni balones, ni amiguillos para jugar ... no es penalización es simplemente pena. ¡Pero ahora esto es una alegría (virtual) que ocupa un mogollón de bytes en mi memoria!

Pily dijo...

Los juegos virtuales al principio están chulos, pero luego se transforman en una obligación, yo creo que prefiero salir a la calle a jugar.